miércoles, 29 de diciembre de 2010

Experimendo por Experimeundas (III)

O por Experimendantes, Experimenditas o Experimendautas... El Tano Murri dice muchas cosas buenas de mí, pero no quise censurarlo ni cambiarle una coma a su texto, valoro su visión como todas las que existen del Experimendo. Gracias Murri, me encantó. Voilà... :


"Voy a contar el Experimendo desde mí. Como tiene que ser.
Hacía 17 años que no veía a Casero. Tuve el privilegio de aportar ideas en Cha Cha Cha en el 93'.
Mucho tiempo. Pero aunque suene "macanudo" hay algo intacto en él: Su Generositá.
Casero no me debía nada, pero no sólo figuraba en los créditos si no que al final de la temporada tuvo la gentileza de presentarme en cámara.
Yo tenía 16 años. Para mí era como andar con Piazzolla en motoneta. Recuerdo mañanas saliendo para algún ensayo desde San Telmo hasta el Maxi 1 y Maxi 2. Algún café en el que me decía que desayunar y fumar era la peor de las combinaciones. O algún exterior en Caballito, cerca del Club Italiano en el que Juan Carlos Batman llevaba bajo su brazo la cartera con la que yo iba a la escuela. No quiero sonar nostálgico. Es algo de lo que me siento orgulloso. Y lo cuento. Punto.

Pero pasemos al Experimendo. Llegué después de verlo en Estése Confuso.
La Señorita Babusci merece un capítulo apartheid. Su cordialidad y sensiblez son impecables.
En el viaggio fuimos calentando motores con el resto de los Experimeundos o whatever...
Llegar fue como ir a conocer al Coronel Kurtz al corazón de Vietnam en Apocalipsis Now.
Casero me recibió con los abrazos abiertos de Latinoamérica gritando mi apellido!
El resto? Salto en alto, jabalinas, un chancho al horno para chuparse los dedos. Un viaje a La Toma que duró 5 horas: Entre cantos griegos, sicilianos y conversaciones atesorables no aptas para amas de casa flojas del corazón. Comprando: tuercas, tornillos, tuétanos, pararrayos, carpas flotantes, huevos de cóndor, tomates Agustina Cherry y una heladera muy monona que haría las delicias en un picnic con Bela Lugones.
Volvimos cargados como los Beverly Ricos de vacaciones o los Cubrepileta en el Delta. Con una parada técnica en un circo.
Casero me hizo cantar como un tenor leger, como el Milka. Escuché a Wagner con el mejor espectáculo del mundo: Una noite estrellada y una fogata en el medio.
Me bañé en un arroyo junto a beldades. Froté quarzos en la noche cerrada. Comí pan casero del mejor. Recibí recomendaciones de Casero en su versión OrsonWelliana. Me reí como un cosaco. Y comí como un Rey de la medialuna.
Podría contar mucho más. Pero sería aun más bobo.
Cuando nos despedíamos Casero sacó un cassette con audios de peliculas en hebreo y coreano que le había dado...hace 17 años... Un verdadero broche de bronce...
Solo restan decir dos cosas: Lo mejor del Experimendo fue la gente. Y esto no es para nada azaroso.
Casero convoca perfecto. Es el Héctor Pérez Pícaro de la convocatoria. Y por último: Casero es un grande.
Y yo tuve la suerte de laburar con otro grande: Fernando Peña.
Cuídenlo, aprendan, respétenlo. Y vayan.

Abraxas! Tano Murri"

3 comentarios:

Pat- dijo...

Pintorezca la historia, un saludo para ambos.

Lucas Gruini dijo...

Mucho sentimiento escrito! Brindo por la amistad! Saludos!!

impro2 dijo...

magnífica definición. Abrazos